PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO...



Jesús respondió: un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Cayó entre ladrones que le robaron todo lo que llevaba, lo hirieron gravemente  y se fueron dejándolo medio muerto. Un sacerdote  bajaba por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y paso de largo. (Lc 10, 30-31).


 

Igualmente un levita, que pasaba por allí, al verlo, dio un rodeo y paso de largo. Pero llegó un samaritano, que iba de viaje, y al verlo, se compadeció de él. Se le acercó (Lc 10, 32- 34).
 

Le vendó las heridas. Lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente sacó dinero y se lo dió al posadero diciendo:  "Cuida de él y lo que gastes de más  yo te lo pagaré a la vuelta". (Lc 10, 34-35).

Comentarios